Alejandra Escribe Aquí | Creatividad cotidiana

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Nos podemos sentir desmotivadas en cualquier momento pero cuando se acerca el final de semestre las ganas de estudiar se esfuman mágicamente.

¡Sí que cuesta lograr responder a las responsabilidades cuando el cansancio es tan extremo!

Lastimosamente la realidad es que aunque cueste hay que responder, y no, no te vas a tirar a estas alturas todo el buen trabajo que has logrado.

Yo estoy en época de fin de semestre, y en este momento estudiar para exámenes finales es el triple de difícil, por eso voy a compartirte algunos de los trucos que a mí me ayudan a sobrevivir para que a la final todas seamos siempre triunfadoras nunca intriunfadoras.

Empecemos...




1. Establece micro tareas y micro objetivos

Esto puedes hacerlo en 3 aspectos o variables: tiempo, temas o fuentes de estudio.

Cuál o cuáles aplicar depende de tú método de estudio y tus tareas pendientes, además pueden mezclarse entre sí.

Yo por ejemplo uso micro objetivos de tiempo para micro tareas de temas o subtemas, es decir, mis objetivos casi siempre consisten en estudiar equis tema en equis tiempo.

Minimizar tus acciones permite que las veas mucho más alcanzables y menos agobiantes y abrumadoras, y por ello te motives más fácil a hacerlas porque son tonterías, que incluso puedes lograr así no tengas ganas de estudiar.


2. Recuérdate constantemente qué quieres lograr y por qué

Es fácil y común que en este momento ya sólo pienses en terminar y hayas olvidado por qué estás estudiando lo que estás estudiando o por qué matriculaste esa electiva que al final no resultó ser nada de lo que esperabas.

Tu motivación puede renacer así sea microscópicamente cuando te recuerdas qué quieres lograr y por qué, eso te da ese último empujoncito que necesitas para sobrevivir a pesar de todo.

Todas las razones que puedas tener son igual de válidas y varían en razón de tu tipo de motivación, por ejemplo, puedes querer ganar la materia porque es de tus favoritas, y para ganarla, hay que estudiar, o puedes queres evitar perderla porque la odias y no te vas a permitir repetirla entonces, hay que estudiar.

No importa la razón, el actuar siempre es el mismo: estudiar.

¿Así que qué te queda por hacer?

...Exacto, estudiar.



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3. Cambia de espacio o lugar de estudio

El cansancio a estas alturas es una realidad, y para el cerebro no es tarea fácil concentrarse en espacios donde se siente "cómo en casa" y ya conoce todas las distracciones que tiene cerca.

Sí, nuestro cerebro a veces se autosabotea.

Por eso a lo mejor te caiga bien cambiar de lugar de estudio, como irte a una biblioteca cercana o estudiar en la biblioteca de tu universidad (si sí es un espacio silencioso, porque algunas no lo son), o si no puedes o no quieres salir de tu casa, al menos cambiar de espacio dentro de ella, moverte del estudio para tu cuarto, o de tu cuarto para la sala.

El cerebro se motiva con ese cambio de espacio porque es una novedad y olvida que lleva meses estudiando la misma materia.

Y la verdad es que en este momento cualquier motivación, por chiquita que parezca, es bienvenida, y nos puede salvar del abandono precoz a estudiar.


4. Date micro descansos

No puedes esperar que al final del semestre tu cerebro y tu concentración te den el 100% al que estás acostumbrada porque no va a suceder -a menos que seas de otro planeta y a estas alturas no sientas que quieres mandar todo al carajo-.

Por eso, como siempre digo, hay que intentar hacernos la vida más fácil.

Darte micro descansos entre equis cantidad de tiempo o después de cumplir equis objetivo te ayuda a volver a recargar un poquito las pilas para continuar.

Eso sí, deben ser micros de verdad y ojalá varios a lo largo del día.

Es más efectivo tener por ejemplo 4, 5 o 6 micro descansos de 5 o 10 minutos que 1 o 2 de 30 minutos, 1 o 2 horas, porque en los descansos que son demasiado extensos el cerebro pierde el foco por completo y volver a retomar toda la concentración conlleva más tiempo y es más difícil.

Durante los micro descansos permítete hacer actividades completamente diferentes a las académicas, y aléjate de la culpa por vagar un micro ratico, porque en realidad te cae como anillo al dedo.



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5. Hazlo por una recompensa

Puede que te esté pidiendo demasiado si te digo que te motives por ti mismo y está bien.

Hay personas que tienen más desarrollada una motivación liderada por las recompensas externas y eso también es normal, es más, a todos nos cae bien en realidad.

Parece algo de niños chiquitos pero a pesar del tiempo todos seguimos motivándonos por conseguir eso de ahí afuera. Puedes proponerte estudiar y que al terminar te auto invites a comer algo que te encanta, o que te permitas ver ese capítulo estreno de la serie que tanto te gusta.

Te aseguro que algo así va a lograr movilizarte a terminar lo que tienes pendiente.


Amiga, yo sé que manejar la vaina es difícil, y sé que a estas alturas uno ya no quiere nada (porque yo estoy en las mismas y tampoco quiero nada).

Sin embargo espero que los consejos que acabo de darte te sirvan para lograr dar el último paso.

Piensa que es la recta final y lo que hagas es el último esfuerzo, haz cosas que tu yo del futuro te agradezca y sabes que realmente lo más difícil es empezar, luego, aunque cuesta, todo fluye.


Un abrazo,

   - Alejandra.



Derechos de autor: Foto de portada por Sebastian Mantel desde Unsplash

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Una de las mejores formas que tengo para mantenerme inspirada es ver y admirar el trabajo mágico e increíble de otras personas, especialmente de otras mujeres.

Sin embargo pienso que no es tarea fácil y que hay que ser cuidadosas con las cuentas a las que seguimos, a mí me ha pasado que muchas veces empiezo a seguir cuentas pero con los días veo que en vez de inspirarme me desmotivan, me parece igual de trascendental el arte que el mensaje que comparten. No puedo desligar una cosa de la otra.

Aunque sé que tenemos un porcentaje importante de responsabilidad a la hora de dejarnos afectar o no por la información que nos transmiten, en lo personal considero que es transcendental recibir información que nos aporte algo, especialmente si viene desde las redes sociales que pueden consumirse gran parte de nuestro tiempo y lanzan mensajes como bombas atómicas.

Hoy quiero compartirte algunas de mis ilustradoras favoritas porque me dan vida, felicidad e inspiración.

Aclaro antes de empezar que su orden de aparición no tiene ninguna razón, la verdad lo hice a medida que encontraba sus perfiles de Instagram en mi lista de seguidos.

Empecemos...




Amalia Andrade Arango

Esta entrada no estaría bien si esta mujer no estuviera en ella.

Escritora, ilustradora, adivina, la loca de los gatos, imitadora de acentos profesional y mi mejor amiga imaginaria.

Cada vez que me refiero a ella sueno como una fan loca demente pero la verdad es que soy una persona normal, no pienso matarla por fanatismo como le pasó a Selena (QEPD), pero siento una admiración tan tesa que me hace parecer anormal.

Lo que más amo de su trabajo es que es demasiado auténtica, hace lo que quiere porque quiere y no le importa nada más, y además es de esas personas que son como otro planeta que deciden trabajar aún más duro cuando les dicen que no pueden con algo. A D M I R A C I Ó N.




Ilustración por: Amalia Andrade.

Si quieres ver más de su trabajo, este es su instagram.


Y sobre lo que decía más arriba, para la muestra un botón:



Agustina Guerrero

Argentina radicada en España, diseñadora gráfica y dibujante.

Lo que más amo de su trabajo es su forma humorística pero realista de comunicar las situaciones cotidianas, al menos conmigo, consigue que me identifique en todo lo que transmite.

Además soy fan de la muñequita protagonista, y que siempre tenga el pelo recogido en un moño alto me parece un detalle precioso.


Ilustración por: Agustina Guerrero.

Si quieres ver más de su trabajo, este es su instagram.



Sara Scribbles

Su nombre real es Sara Andersen, ella fue una de las primeras ilustradoras que conocí en mi vida, le sigo los pasos hace muchos años, creo que incluso desde cuando sólo publicaba en Tumblr.

Las publicaciones originales son en inglés pero si no me equivoco hay una chica autorizada para hacer las traducciones al español y la encuentran en Facebook como Sara'h Scribbles en Español.

Lo que más amo de su trabajo es su personaje protagonista, me encanta que siempre tenga cara de "no tengo ni p*ta idea qué estoy haciendo con mi vida" lo cual me hace sentir 2342% identificada y es completamente coherente con el mensaje que quiere transmitir sobre la lucha constante con la adultez de un millenial.

¡Ah! también amo cuando hay gatos haciendo parte de la historia, soy turbo fan.



Ilustración por: Sara Andersen


Si quieres ver más de su trabajo, este es su instagram.


Flavita Banana

La forma en la que esta mujer representa la realidad social no tiene adjetivo positivo que sea suficiente para describirla, y justo eso es lo que más amo de su trabajo, además de su trazo.

Capta y observa TAN BIEN el mundo que logra ilustrarlo de una forma brutal.



Ilustración por: Flavita banana.

Si quieres ver más de su trabajo, este es su instagram.



Monstruo espagueti

Su nombre real es Anastasia Bengoechea, y esta mujer entiende a la perfección las relaciones amorosas y sociales, la existencia virtual versus la realidad y las cosas que vivimos día a día las mujeres.

Además es una poeta magnífica de las cosas cotidianas.

Lo que más amo de su trabajo es que es tan irreverente y le importa un reverendo pito ir diciendo las cosas como son así no sean políticamente correctas.



Ilustración por: Monstruo espagueti.


Si quieres ver más de su trabajo, este es su instagram.



Si te soy sincera la lista continúa porque hay demasiado trabajo por admirar, pero ya te he dicho lo que me pasa con las entradas eternas, no soy capaz de hacerlas mega largas porque incluso a mí me daría pereza leerlas, entonces todo mal.

Espero que estas mujeres increíbles que son inspiración para mí también puedan serlo para ti, o que al menos conozcas su trabajo.

Como dije antes, me parece transcendental que el arte que hagan sea coherente con el mensaje que transmitan y que además nosotras hagamos una selección inteligente de esas referencias creativas que tenemos.

Nos leemos a la próxima.


Un abrazo,


     - Alejandra.


Derechos de autor: Foto de portada por Joanna Kosinska desde Unsplash

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Puede sonarte raro leer que una aplicación del celular va a ayudarte a ser más productiva porque tenemos la idea de que el celular suele ser una forma de perder el tiempo, y aunque por lo general sí jajajaja, usar las aplicaciones correctas sí que puede ayudarte con tu organización y productividad.

Algún día escuché hablar sobre una aplicación que cronometra el tiempo de uso del celular y decidí probarla, desde que la usé por primera decidí que haría cambios en mi vida para dejar de regalarle tanto tiempo a esa actividad tan poco útil, y desde entonces hago parte del grupo de gente que está del lado de usar poco tiempo el celular porque sin darnos cuenta invertimos muchísimo tiempo haciendo scrolling, acción que por lo general no nos aporta nada positivo.

Desde hace un tiempo intento todos los días usar el celular para acciones más allá del ocio, y partiendo de eso he descubierto algunas aplicaciones que me han hecho la vida más fácil y me han ayudado a ser más productiva en mi día a día.

Hoy voy a compartirlas contigo porque creo que también podrían serte útiles.

Empecemos...




1. Asana

Esta es mi aplicación estrella para poder vivir, existir, estudiar y hacer todo lo que hago.

La #1 por siempre y para siempre.

No te miento si te digo que conocerla y usarla me cambió la vida.

Asana es un gestor digital de proyectos y tareas, si decides crear una cuenta puede parecer abrumador empezar a usarla porque te encuentras con un espacio vacío que tienes que empezar a llenar con tus propios pendientes pero apenas comienzas verás que todo fluye increíblemente fácil, porque además la interfaz es súper amigable y fácil de manejar.




Es la aplicación que le recomiendo a toda persona que conozco y sé que tiene tantos proyectos en su vida que manejarlos todos puede parecer imposible, pero te juro que con Asana la vida se te facilita a un nivel anormal.

En esta ocasión no te voy a describir exactamente cómo usarla porque esto merece una entrada completa en la que pueda ahondar en cada acción que maneja, pero te la quedo debiendo, te aseguro que la tienes próximamente.



2. Google Calendar

Parece que fuera a decirte que el agua moja, pero pues no.

Para todos no es tan obvio que esta aplicación pueda ser TAN PERO TAN útil en nuestro día a día.

Google Calendar es una forma súper útil y efectiva para organizar tus actividades diarias y funciona con la misma cuenta que tienes para Gmail o YouTube.

La aplicación es un calendario con vista del año, el mes, la semana y el día, tú eliges la vista según lo que necesites visualizar. 

A mí me encanta usarlo para organizar mi tiempo y así poder distribuir mis acciones (las que tengo como pendientes en Asana) según el tiempo que visualice disponible.

Te dejo una imagen de una semana de mi vida para que entiendas a qué me refiero.





Si ya usas esta app déjame felicitarte porque estás un paso más allá del máster de organización del que yo ya me he graduado.

Muchas veces pensamos que no tenemos tiempo pero la realidad es que o es una idea mental errónea porque sí que lo tenemos pero el estrés no nos permite verlo o lo estamos desperdiciándolo en actividades que no nos aportan nada.

Visualizar nuestro tiempo y organizar las actividades nos permite tener control sobre nuestra productividad y el uso de ese tiempo, que contrario a lo que creemos, es un recurso limitado, porque a la final nadie puede tener más de 24 horas al día.


3. Forest

Forest es una aplicación que te ayuda a tener control de tu tiempo aplicando el método pomodoro mientras te hace estar alejada del celular.

Su fundamento es detener tu uso del celular para realizar otra actividad que requiera tu concentración en el tiempo determinado que tú configures, a mí me encanta porque su concepto va un poquito más allá y te propone el manejo del tiempo mediante la plantación de árboles, es decir, mientras tú no usas tu celular en la aplicación crece un árbol, lo bonito del caso es que ellos trasladan esa idea virtual a actos reales y siembran árboles de verdad con el avance de tu propio bosque y uso de la app.





Yo ya no la uso porque ese ya no es mi método de estudio, y con juicio y disciplina he logrado crear espacios de concentración alejada del celular sin un método que me "fuerce" o me "recuerde" que no debo usarlo, pero la usé por mucho tiempo y me parece la mejor herramienta que existe para cuando comienzas el entrenamiento en autodisciplina y concentración.


4. Your Hour

You Hour es una aplicación diseñada para intentar ayudarte a dejar la adicción al celular que todos creemos no tener cuando realmente somos turbo "víctimas".

Yo la descargué un día por recomendación de un alguien en un live de Instagram y cuando tuve el resultado del tiempo que usaba el celular te juro que me explotó la cabeza, en ese momento decidí modificar radicalmente mi relación con el celular.

Descubrí que para mí antes era muy fácil y normal decir "no tengo tiempo" ¿pero y cómo sí tenía 3, 4, 5 horas para usar el celular?...

Eso es todo lo incoherente, sin duda SÍ tenía tiempo pero lo estaba desperdiciando haciendo cosas que me robaban la energía creativa y secuestraban mis ideas.

Llevo aproximadamente 4 meses o más utilizando la app y creo que jamás la desinstalaré porque para mí ya es clave tener el rastreo del tiempo que utilizo mi celular, porque es muy fácil pensar que no pasa nada cuando no somos conscientes de la realidad pero ahora yo tengo un cronómetro todo el tiempo en la pantalla que me cuantifica el tiempo que paso en cada aplicación y así evito pasar horas y horas haciendo un scrolling infinito que más que inspirarme, aplasta y asesina toda mi fuerza creativa.



Si tú también crees que no tienes tiempo te invito a instalar esta app (o si tienes iPhone puedes mirar el tiempo de uso que rastrea Apple sin necesidad de ninguna app), descubrir en qué estás invirtiendo tu tiempo y tu energía, cambiar este mal hábito y contrarestar esta adicción tecnológica que hemos normalizado.






El celular puede ser nuestro peor enemigo y el peor ladrón de nuestro tiempo, pero también puede ser nuestro aliado si lo utilizamos de forma racional.

Yo que todos los días cronometro su uso e intento nunca superar 1 hora y media DIARIA, he descubierto por experiencia propia que podemos mejorar nuestra relación con él y crear interacciones que nos ayuden en algún sentido.

Espero que estas aplicaciones que te compartí te sean útiles y que consigas mejorar tu productividad.


Un abrazo,


    - Alejandra.



Derechos de autor: Foto de portada por Plush Design Studio en Unsplash
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En la entrada anterior de esta historia "El camino por el que descubrí que soy una persona creativa" te conté la historia de mi descubrimiento creativo con parte de los obstáculos, crisis, negaciones, aciertos y desaciertos que viví para finalmente descubrir que soy una persona creativa.

Pero la historia quedó partida porque dejé inconclusa la respuesta de ¿Qué hacía alguien creativo, que sentía tanto amor y pasión por el arte en 7mo semestre de un pregrado en Medicina Veterinaria que es tan académico y absorbente?.

...


Necesité 25 años para entender que durante toda mi vida había tenido esa inclinación por crear, y que había conseguido aprender muchísimas cosas por simple curiosidad.

Cuando lo entendí, todo hubiera podido ser maravilloso, yo sentía que había dado con la piedra angular, había conseguido la respuesta de qué es lo que quiero hacer en la vida porque me hace vibrar el alma, lo cual es casi una odisea. Todo hubiera podido ser maravilloso pero no lo fue, porque la realidad era que ahí estaba yo, Alejandra, con 25 años cursando 7mo semestre del pregrado en Medicina Veterinaria, algo que tiene poco o nada que ver con el arte y la creatividad.

La crisis profesional y existencial que desarrollé por esta dualidad ha sido de las peores etapas de mi vida, pero afortunadamente "solo" duró un año.

No descubrí en un día que era una persona creativa pero mi crisis sí se gestó en una sola noche.

La historia de esta entrada va encaminada compartirles cómo manejé esa dualidad tan grande de la que no podía escapar, y cómo encontré el otro motor de todos los días.

Empecemos...



La solución impulsiva que tuve un inicio estoy casi segura que es la misma que estás pensando tú: abandonar.

Cuando empecé a enternder todo solo podía pensar que la única solución que había era retirarme del pregrado. A la final ¿qué era lo peor que podía pasar?

Pero la verdad es que aunque pensara en ello por alguna razón esa opción no terminaba de convencerme pero tampoco entendía por qué.

Fue una etapa de un limbo tan difícil, había mil preguntas pero ninguna respuesta, y yo me sumía en un círculo constante de dudas, desmotivación y desubicación con mi vida.

Pero aún así seguía haciendo lo que debía, cumpliendo con trabajo, tareas y exámenes porque aunque siempre pensé que yo podía ser muchas cosas pero sin duda "disciplinada" no era una de ellas, estaba bien equivocada, porque justamente era la disciplina (sumada a la ansiedad) lo que me hacía seguir andando así no entendiera nada ni supiera el por qué.

Mientras avanzaba, y hacía las cosas como por inercia, pasó algo que me sacudió completa y reorientó todo el caos, me comunicaron que tenía el mejor promedio de todo el pregrado y eso me hizo merecedora del reconocimiento de "Mejor estudiante avanzada del programa de Medicina Veterinaria".

Ese logro (que aún me cuesta ver como logro porque choca un montón con muchas cosas de mi interior) me hizo cuestionar sobre cómo había logrado algo así si estudiaba un pregrado que no me hacía vibrar el alma.

Después de mil días pensando y pensando, de darle vueltas y vueltas al mismo asunto entendí que también siento una pasión enorme con aprender, y era eso lo que me motivaba a estudiar.

La pasión por aprender es el otro motor de mi vida.

Luego de eso, ocurrió algo que para muchos fue desafortunado pero para mí fue necesario tanto de manera personal como por la importancia política y social del asunto, además fue uno de los mejores regalos que me ha dado la vida: la universidad salió a paro porque había una desfinanciación estatal para la educación pública del país.

Fueron 5 meses de paro estudiantil que tuvieron una trascendencia brutal en muchísimos aspectos nacionales, pero también fueron 5 meses en los que pude parar, pensar sin afán y resolver todas esas dudas que tenía flotando en la cabeza.

En estos 5 meses deshice el nudo mental que tenía, logré entender qué me tenía estudiando Medicina Veterinaria, y también definí qué haría, por qué lo haría y cuándo lo haría.

Hoy digo con plena convicción y sin verguenza alguna (porque cuesta manejar el tema en público la verdad, todo el mundo te cuestiona y te da opiniones cuando no se las has pedido) que estudio Medicina Veterinaria porque tengo una necesidad intrínseca de aprender sobre ello, no porque siempre haya querido tener esta profesión (porque efectivamente, no es algo con lo que soñé) ni porque quiera trabajar en ello, y considero que estudiar con esa razón también es válido.

Aprender, esa es la palabra clave del 99% de mis acciones.

Y es por las ganas de aprender, la curiosidad y la satisfacción que genera poder ayudar a los animales que terminaré la carrera y haré el año de prácticas feliz de la vida.

Ahora, la Medicina Veterinaria no es mi pasión, me gusta y amo aprender de ello pero no me vibra el alma, es más, ni siquiera me siento orgullosa de los logros que obtengo estando allí, eso es más diciente que cualquier cosa pero es difícil de entender y aceptar. Si algún día quiero y necesito trabajar en ello lo haré con todo el gusto y el amor, pero mis energías van encaminadas a otra cosa y mi plan de vida tiene otro rumbo.

Después de terminar este pregrado empezaré otro en diseño, y no, no estoy loca, lo he pensado suficiente tiempo y estoy muy feliz con mi decisión.

Cuando conseguí aclarar el panorama la motivación para todo lo que hago volvió a resurgir y todo empezó a fluir como el agua.


Pude organizar mis tiempos y gestionar mis actividades para hacer todo lo que quiero hacer, porque siempre quiero hacer cosas diferentes, quiero aprender de todo y cuando ya es fácil para mí necesito cambiar de actividad.

Pero he conseguido organizarme para no tener que abandonar mis responsabilidades académicas. Y ahora estoy completamente a gusto con lo que hago y lo que soy, y espero que esta sensación perdure, porque estoy acostumbrada a que no sea así.

Nota: Siempre me sentí mal por ello y me juzqué porque sentía que algo estaba mal conmigo, abandonada todo así antes me hubiera obsesionado con ello. Un día antes de publicar esta entrada he conocido el término de "persona multipotencial", no sé si fue casualidad, coincidencia o trabajo de las cookies en internet pero creo que he encontrado un grupito de personas que pasamos por lo mismo y hemos descubierto que nada está mal con nosotros.

Les contaré sobre esto próximamente.



No sé qué hubiera sido de mí si no hubiera tenido esos 5 meses para organizar mi vida y mi cabeza, la verdad agradezco full que eso haya sucedido porque todo pudo haber sido aún más difícil, complicado, oscuro y tedioso sin ese tiempo para mí.

Y ya, fin.
Esta es mi historia.

Les compartí mis razones, sentidos y orientaciones de la vida.

Debo confesar que entre tanto enrredo mental también tuve juicios muy duros contra mí misma que se crean por andar pensando cosas erróneas como que hay tiempos estrictos para hacer las cosas que amamos, o que hay razones que no son válidas para estudiar cuando en realidad todas son válidas.

Quizá esta frase ya la han leído alguna vez de mi parte pero se las digo con el corazón en la mano porque entiendo a cada una de las personas que pasa por algo similar a lo mío: no tienen que cumplirle plazos a nadie y jamás es tarde para hacer lo que los mueve por dentro.

Yo he encontrado mi vocación a los 25 años y no me averguenzo de ello, porque para mí no es tarde, no hay tiempo ni periodos específicos para hacer eso que le aporta más sentido a cada uno de tus días.

Además no dudo en lo más mínimo que seré feliz, entonces no me importa nada más.


Un abrazo,

    - Alejandra.



Derechos de autor: foto de portada por Joanna Kosinska desde Unsplash.

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Sobre mí

Holi, yo soy Alejandra. Estudiante, nerd, curiosa y creativa con 23 pares de cromosomas y 26 años.

Siempre tengo conmigo un lápiz rojo y una libreta, porque no quiero que mis ideas se vayan para otro lado y sé que suelen aparecer en los momentos más inoportunos.
Por ejemplo,
a las mías les encanta aparecer mientras me baño.

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