
Nos podemos sentir desmotivadas en cualquier momento pero cuando se acerca el final de semestre las ganas de estudiar se esfuman mágicamente.
¡Sí que cuesta lograr responder a las responsabilidades cuando el cansancio es tan extremo!
Lastimosamente la realidad es que aunque cueste hay que responder, y no, no te vas a tirar a estas alturas todo el buen trabajo que has logrado.
Yo estoy en época de fin de semestre, y en este momento estudiar para exámenes finales es el triple de difícil, por eso voy a compartirte algunos de los trucos que a mí me ayudan a sobrevivir para que a la final todas seamos siempre triunfadoras nunca intriunfadoras.
Empecemos...
1. Establece micro tareas y micro objetivos
Esto puedes hacerlo en 3 aspectos o variables: tiempo, temas o fuentes de estudio.
Cuál o cuáles aplicar depende de tú método de estudio y tus tareas pendientes, además pueden mezclarse entre sí.
Yo por ejemplo uso micro objetivos de tiempo para micro tareas de temas o subtemas, es decir, mis objetivos casi siempre consisten en estudiar equis tema en equis tiempo.
Minimizar tus acciones permite que las veas mucho más alcanzables y menos agobiantes y abrumadoras, y por ello te motives más fácil a hacerlas porque son tonterías, que incluso puedes lograr así no tengas ganas de estudiar.
2. Recuérdate constantemente qué quieres lograr y por qué
Es fácil y común que en este momento ya sólo pienses en terminar y hayas olvidado por qué estás estudiando lo que estás estudiando o por qué matriculaste esa electiva que al final no resultó ser nada de lo que esperabas.
Tu motivación puede renacer así sea microscópicamente cuando te recuerdas qué quieres lograr y por qué, eso te da ese último empujoncito que necesitas para sobrevivir a pesar de todo.
Todas las razones que puedas tener son igual de válidas y varían en razón de tu tipo de motivación, por ejemplo, puedes querer ganar la materia porque es de tus favoritas, y para ganarla, hay que estudiar, o puedes queres evitar perderla porque la odias y no te vas a permitir repetirla entonces, hay que estudiar.
No importa la razón, el actuar siempre es el mismo: estudiar.
¿Así que qué te queda por hacer?
...Exacto, estudiar.
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3. Cambia de espacio o lugar de estudio
El cansancio a estas alturas es una realidad, y para el cerebro no es tarea fácil concentrarse en espacios donde se siente "cómo en casa" y ya conoce todas las distracciones que tiene cerca.
Sí, nuestro cerebro a veces se autosabotea.
Por eso a lo mejor te caiga bien cambiar de lugar de estudio, como irte a una biblioteca cercana o estudiar en la biblioteca de tu universidad (si sí es un espacio silencioso, porque algunas no lo son), o si no puedes o no quieres salir de tu casa, al menos cambiar de espacio dentro de ella, moverte del estudio para tu cuarto, o de tu cuarto para la sala.
El cerebro se motiva con ese cambio de espacio porque es una novedad y olvida que lleva meses estudiando la misma materia.
Y la verdad es que en este momento cualquier motivación, por chiquita que parezca, es bienvenida, y nos puede salvar del abandono precoz a estudiar.
4. Date micro descansos
No puedes esperar que al final del semestre tu cerebro y tu concentración te den el 100% al que estás acostumbrada porque no va a suceder -a menos que seas de otro planeta y a estas alturas no sientas que quieres mandar todo al carajo-.
Por eso, como siempre digo, hay que intentar hacernos la vida más fácil.
Darte micro descansos entre equis cantidad de tiempo o después de cumplir equis objetivo te ayuda a volver a recargar un poquito las pilas para continuar.
Eso sí, deben ser micros de verdad y ojalá varios a lo largo del día.
Es más efectivo tener por ejemplo 4, 5 o 6 micro descansos de 5 o 10 minutos que 1 o 2 de 30 minutos, 1 o 2 horas, porque en los descansos que son demasiado extensos el cerebro pierde el foco por completo y volver a retomar toda la concentración conlleva más tiempo y es más difícil.
Durante los micro descansos permítete hacer actividades completamente diferentes a las académicas, y aléjate de la culpa por vagar un micro ratico, porque en realidad te cae como anillo al dedo.
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5. Hazlo por una recompensa
Puede que te esté pidiendo demasiado si te digo que te motives por ti mismo y está bien.
Hay personas que tienen más desarrollada una motivación liderada por las recompensas externas y eso también es normal, es más, a todos nos cae bien en realidad.
Parece algo de niños chiquitos pero a pesar del tiempo todos seguimos motivándonos por conseguir eso de ahí afuera. Puedes proponerte estudiar y que al terminar te auto invites a comer algo que te encanta, o que te permitas ver ese capítulo estreno de la serie que tanto te gusta.
Te aseguro que algo así va a lograr movilizarte a terminar lo que tienes pendiente.

Amiga, yo sé que manejar la vaina es difícil, y sé que a estas alturas uno ya no quiere nada (porque yo estoy en las mismas y tampoco quiero nada).
Sin embargo espero que los consejos que acabo de darte te sirvan para lograr dar el último paso.
Piensa que es la recta final y lo que hagas es el último esfuerzo, haz cosas que tu yo del futuro te agradezca y sabes que realmente lo más difícil es empezar, luego, aunque cuesta, todo fluye.
Un abrazo,
- Alejandra.

Derechos de autor: Foto de portada por Sebastian Mantel desde Unsplash