Mi proceso creativo para dibujar

by - septiembre 07, 2019


Hay una cosa que no voy a negar jamás y es que hay días de días para los procesos creativos.

Días en los que mis ganas de crear más que ganas son más una necesidad, días en los que tengo mil ideas pero ninguna florece, días en los que no tengo ideas, días en los que no quiero ni existir y si logro dibujar es un poco un salvavidas.

Tengo también días de optimismo puro y duro donde puedo imaginar un futuro exitoso y feliz al lado del dibujo y la ilustración, y días en los que pienso que llegará un momento en el que me voy a estrellar mortalmente con la vida y tendré que dedicarme, sin que haya otra opción, a todo lo que no quisiera hacer.

Hay días en los que sé exactamente qué quiero hacer y entonces dibujo en caliente, con la emoción a flor de piel, también hay días en los que reviso mi sketchbook y revivo ideas previas que he tenido y hay días en los que lucho conmigo y con el mundo porque no logro darle forma a lo que quiero o peor, ni siquiera sé qué quiero.

De todos esos días, mis favoritos son los días en los que dibujo en caliente. Me gusta sentir algo y si puedo llevarlo a un dibujo en ese preciso instante siento que queda impregnado con ese sentir, y transmite justo lo que quiero transmitir. Es como si naciese y mantuviese con vida la sensación que tuve al hacerlo, es como si se quedara incluso con un poquito de mí.

Cuando lo hago en un sketchbook por no perder la idea o lo escribo en algún lado y luego lo retomo, el sentimiento se esfuma y yo ya no me siento satisfecha con el resultado.

Pero lastimosamente por mi constante ocupación esos días no son los más comunes en mi cotidianidad, entonces lo que les contaré será sobre mi proceso creativo general al dibujar, el que creo que podría interesarte o podría serte útil por si quieres una guía para intentar darle forma al tuyo propio.

Repito algo que mencioné en mi entrada anterior sobre mi proceso creativo al bloguear porque aquí tiene la misma relevancia: no soy muy fan de estructurar los procesos creativos porque son cambiantes, mutables y variables entre persona y persona, pero te voy a presentar mi proceso así para te hagas una idea de cómo trabajo.

Pero como te expliqué arriba recuerda que no siempre es igual, y que está bien si a ti te funciona otra forma, si tienes otro orden o no tienes orden.

Eso es lo bonito de la vida y la creatividad, la diversidad en las formas de ser, hacer y crear.


La acción de dibujar en mí es completamente visceral.


No puedo ser rígida con ello, ni me funciona estructurarme, planear, crear un calendario de creación o publicación. No, no puedo. Eso mata completamente mis ideas, mis ganas de crear, mi creatividad y mi motivación.

De hecho ese era uno de mis miedos antes de comenzar a estudiar diseño. No quería que la creación se volviera algo demasiado protocolario, y no quería reducir la creación a pasos y reglas.

Afortunadamente he aprendido a separar los proyectos personales de los académicos y puedo hacer los académicos de forma "formal" y los personales de forma visceral, emocional, sentimental.

Ahora sí, te detallo el proceso.

Empecemos...




1. Nacimiento de la idea

Desde que empecé a publicar dibujitos y cosas en Instagram me suelen preguntar de dónde saco las ideas o cómo "me inspiro" y mi respuesta siempre es demasiado básica pero sincera: de la vida y la cotidianidad.

De recuerdos, situaciones cotidianas, conversaciones propias, conversaciones ajenas, historias que me cuentan y así.




Como te dije más arriba a veces tengo la idea e inmediatamente puedo materializarla, pero otras veces tengo que escribir el tema o la frase para luego darle vida o a veces solo puedo hacer un sketch rápido y luego darle más forma (si es que me acuerdo qué es lo que quería decir jajaja).



2. Rayar, rayar, rayar

Este paso en algunas ocasiones me genera muchos conflictos, y con "en algunas ocasiones" me refiero a las veces que sé qué quiero trasmitir pero no encuentro cómo.

Entonces tengo que rayar y rayar y rayar. Buscar qué elementos usar, qué formas, si es mejor usar color, si no. 

Paso como por una pelea interna porque además me cuesta un montón decidirme. Por eso es que te digo que prefiero las veces en las que todo sale de una y puedo hacerlo todo inmediatamente, porque no me creo conflictos y soy facilista feliz.

Pero la vida no es siempre tan bonita con nosotros los artistas/dibujantes/creadores.

Yo los sketches los suelo hacer con lápiz rojo, porque tengo un problema personal con los lápices de grafito, y es que detesto que el grafito sea tan escandaloso y se riegue por toda la hoja.


El lápiz rojo es decente y suficiente. Es pigmentado, se ve, pueden crear capas, aumentarse el tono, crear detalles ¡Y NO HACE ESCÁNDALO CON SU MINA! Entonces lo amo.



3. Hacer cambios

Cuando hago sketches rápidos de las ideas a veces al volver a revisarlos los odio y quiero tirarlos a la basura o no me convencen.

Si estoy de buenos ánimos me propongo tomar decisiones para mejorar la composición. Entonces qué tal si subo esto, bajo esto, reemplazo esto por esto, y así.


Este punto suelo detestarlo, de verdad me desmotiva un montón porque ya no siento lo que sentí en el momento que lo hice y me da rabia no haberlo podido hacer tooodo en ese momento, pero la verdad le estoy cogiendo un poco el gusto porque en Diseño esta es la clave: hacer para rehacer, modificar y hasta cambiarlo todo si es necesario.

Estoy aprendiendo que mientras más metamorfosis tenga la idea y más conciencia se tenga a la hora de componer el resultado será mucho mejor.



4. Digitalizar o pasar a limpio

Las ideas que me encantan o aquellas a las que después de acribillar decido darles vida logran existir por este paso: cuando pongo manos a la obra y le doy a todo orden, líneas firmes, contornos, forma, color, textura, texto y sentido.

A veces su formato es digital y a veces es análogo.

Cuando voy a digitalizar algo, lo escanéo caseramente (o sea, le tomo una foto con el celular) al dibujo en lápiz rojo y en photoshop lo entinto oooooo si el dibujo siempre fue digital pues creo otra capa encima del sketch y ya hago líneas más firmes, adiciono detalles, color y ese tipo de cosas.


5. Categorizarlo

Con categorizarlo me refiero a "lo publico o no".

Y esta es otra lucha interna que tengo. Aún me cuesta un monton entender y distinguir cuando creo por que yo quiero y cuando creo porque siento una ansiedad y una presión virtual que no existe y yo me la auto-impongo PERO me hace pensar que esperan algo de mí y que si no publico van a dejar de valorar mi trabajo.

Es un asco, decir eso suena tonto, se ve tonto y se lee tonto pero no lo es, luchar con eso es más duro de lo que parece.

Pero bueno, no deja de ser un paso en el proceso. Decidir si publicarlo o no. Evaluar si dice lo que quiero decir, o si no me convence y mejor lo dejo secreto para mí solita, si me gusta tanto que sí o sí debe salir a la luz pública o si lo dejo en reposo a ver si algún día lo mejoro y vuelvo a amarlo.


Así podría resumirse mi proceso creativo para dibujar.

Quiero que veas que no todo es color de rosa, que a veces al contrario, todo es oscuro y abrumador. El púbico general suele creer que la vida de un artista o alguien que dibuja por pasión es mágica porque hace lo que ama pero ño. No es así.

A veces un proyecto se queda iniciado en el paso 1, en la mitad, o cuando está listo decido que lo odio.

Creo que existe un cementerio de ideas inconclusas en el que hay más muertos injustos que en la vida real, que ya es mucho decir.

Como para mí dibujar es taaaaan visceral y liberador, me genera (como te diste cuenta) muchos dilemas y luchas mentales. Sumado a que creo (equivocadamente) en la maldita necesidad de estar presente en redes, pero bueno, eso es otro tema que abordaré luego.


Gracias por leer, hasta la próxima.

Un abrazo,

  - Alejandra.


Derechos de autor: Foto por Kelly Sikkema desde Unsplash

You May Also Like

0 comentarios