Qué pasó después de descubrir que soy creativa

by - abril 06, 2019





En la entrada anterior de esta historia "El camino por el que descubrí que soy una persona creativa" te conté la historia de mi descubrimiento creativo con parte de los obstáculos, crisis, negaciones, aciertos y desaciertos que viví para finalmente descubrir que soy una persona creativa.

Pero la historia quedó partida porque dejé inconclusa la respuesta de ¿Qué hacía alguien creativo, que sentía tanto amor y pasión por el arte en 7mo semestre de un pregrado en Medicina Veterinaria que es tan académico y absorbente?.

...


Necesité 25 años para entender que durante toda mi vida había tenido esa inclinación por crear, y que había conseguido aprender muchísimas cosas por simple curiosidad.

Cuando lo entendí, todo hubiera podido ser maravilloso, yo sentía que había dado con la piedra angular, había conseguido la respuesta de qué es lo que quiero hacer en la vida porque me hace vibrar el alma, lo cual es casi una odisea. Todo hubiera podido ser maravilloso pero no lo fue, porque la realidad era que ahí estaba yo, Alejandra, con 25 años cursando 7mo semestre del pregrado en Medicina Veterinaria, algo que tiene poco o nada que ver con el arte y la creatividad.

La crisis profesional y existencial que desarrollé por esta dualidad ha sido de las peores etapas de mi vida, pero afortunadamente "solo" duró un año.

No descubrí en un día que era una persona creativa pero mi crisis sí se gestó en una sola noche.

La historia de esta entrada va encaminada compartirles cómo manejé esa dualidad tan grande de la que no podía escapar, y cómo encontré el otro motor de todos los días.

Empecemos...



La solución impulsiva que tuve un inicio estoy casi segura que es la misma que estás pensando tú: abandonar.

Cuando empecé a enternder todo solo podía pensar que la única solución que había era retirarme del pregrado. A la final ¿qué era lo peor que podía pasar?

Pero la verdad es que aunque pensara en ello por alguna razón esa opción no terminaba de convencerme pero tampoco entendía por qué.

Fue una etapa de un limbo tan difícil, había mil preguntas pero ninguna respuesta, y yo me sumía en un círculo constante de dudas, desmotivación y desubicación con mi vida.

Pero aún así seguía haciendo lo que debía, cumpliendo con trabajo, tareas y exámenes porque aunque siempre pensé que yo podía ser muchas cosas pero sin duda "disciplinada" no era una de ellas, estaba bien equivocada, porque justamente era la disciplina (sumada a la ansiedad) lo que me hacía seguir andando así no entendiera nada ni supiera el por qué.

Mientras avanzaba, y hacía las cosas como por inercia, pasó algo que me sacudió completa y reorientó todo el caos, me comunicaron que tenía el mejor promedio de todo el pregrado y eso me hizo merecedora del reconocimiento de "Mejor estudiante avanzada del programa de Medicina Veterinaria".

Ese logro (que aún me cuesta ver como logro porque choca un montón con muchas cosas de mi interior) me hizo cuestionar sobre cómo había logrado algo así si estudiaba un pregrado que no me hacía vibrar el alma.

Después de mil días pensando y pensando, de darle vueltas y vueltas al mismo asunto entendí que también siento una pasión enorme con aprender, y era eso lo que me motivaba a estudiar.

La pasión por aprender es el otro motor de mi vida.

Luego de eso, ocurrió algo que para muchos fue desafortunado pero para mí fue necesario tanto de manera personal como por la importancia política y social del asunto, además fue uno de los mejores regalos que me ha dado la vida: la universidad salió a paro porque había una desfinanciación estatal para la educación pública del país.

Fueron 5 meses de paro estudiantil que tuvieron una trascendencia brutal en muchísimos aspectos nacionales, pero también fueron 5 meses en los que pude parar, pensar sin afán y resolver todas esas dudas que tenía flotando en la cabeza.

En estos 5 meses deshice el nudo mental que tenía, logré entender qué me tenía estudiando Medicina Veterinaria, y también definí qué haría, por qué lo haría y cuándo lo haría.

Hoy digo con plena convicción y sin verguenza alguna (porque cuesta manejar el tema en público la verdad, todo el mundo te cuestiona y te da opiniones cuando no se las has pedido) que estudio Medicina Veterinaria porque tengo una necesidad intrínseca de aprender sobre ellono porque siempre haya querido tener esta profesión (porque efectivamente, no es algo con lo que soñé) ni porque quiera trabajar en ello, y considero que estudiar con esa razón también es válido.

Aprender, esa es la palabra clave del 99% de mis acciones.

Y es por las ganas de aprender, la curiosidad y la satisfacción que genera poder ayudar a los animales que terminaré la carrera y haré el año de prácticas feliz de la vida.

Ahora, la Medicina Veterinaria no es mi pasión, me gusta y amo aprender de ello pero no me vibra el alma, es más, ni siquiera me siento orgullosa de los logros que obtengo estando allí, eso es más diciente que cualquier cosa pero es difícil de entender y aceptar. Si algún día quiero y necesito trabajar en ello lo haré con todo el gusto y el amor, pero mis energías van encaminadas a otra cosa y mi plan de vida tiene otro rumbo.

Después de terminar este pregrado empezaré otro en diseño, y no, no estoy loca, lo he pensado suficiente tiempo y estoy muy feliz con mi decisión.

Cuando conseguí aclarar el panorama la motivación para todo lo que hago volvió a resurgir y todo empezó a fluir como el agua.


Pude organizar mis tiempos y gestionar mis actividades para hacer todo lo que quiero hacer, porque siempre quiero hacer cosas diferentes, quiero aprender de todo y cuando ya es fácil para mí necesito cambiar de actividad.

Pero he conseguido organizarme para no tener que abandonar mis responsabilidades académicas. Y ahora estoy completamente a gusto con lo que hago y lo que soy, y espero que esta sensación perdure, porque estoy acostumbrada a que no sea así.

Nota: Siempre me sentí mal por ello y me juzqué porque sentía que algo estaba mal conmigo, abandonada todo así antes me hubiera obsesionado con ello. Un día antes de publicar esta entrada he conocido el término de "persona multipotencial", no sé si fue casualidad, coincidencia o trabajo de las cookies en internet pero creo que he encontrado un grupito de personas que pasamos por lo mismo y hemos descubierto que nada está mal con nosotros.

Les contaré sobre esto próximamente.



No sé qué hubiera sido de mí si no hubiera tenido esos 5 meses para organizar mi vida y mi cabeza, la verdad agradezco full que eso haya sucedido porque todo pudo haber sido aún más difícil, complicado, oscuro y tedioso sin ese tiempo para mí.

Y ya, fin.
Esta es mi historia.

Les compartí mis razones, sentidos y orientaciones de la vida.

Debo confesar que entre tanto enrredo mental también tuve juicios muy duros contra mí misma que se crean por andar pensando cosas erróneas como que hay tiempos estrictos para hacer las cosas que amamos, o que hay razones que no son válidas para estudiar cuando en realidad todas son válidas.

Quizá esta frase ya la han leído alguna vez de mi parte pero se las digo con el corazón en la mano porque entiendo a cada una de las personas que pasa por algo similar a lo mío: no tienen que cumplirle plazos a nadie y jamás es tarde para hacer lo que los mueve por dentro.

Yo he encontrado mi vocación a los 25 años y no me averguenzo de ello, porque para mí no es tarde, no hay tiempo ni periodos específicos para hacer eso que le aporta más sentido a cada uno de tus días.

Además no dudo en lo más mínimo que seré feliz, entonces no me importa nada más.


Un abrazo,

    - Alejandra.



Derechos de autor: foto de portada por Joanna Kosinska desde Unsplash.

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