La razón por la que dejé de usar el Bullet Journal

by - junio 15, 2019




Usé el Bullet Journal durante 2 años y 3 meses, y ahora dejé de usarlo.

Antes de tirarte la bomba y explicarte detalladamente por qué lo dejé voy a hacerte un recorrido cronológico sobre mi historia con él. Tengo que darte un contexto de por qué lo usaba para poder explicarte por qué ya no lo hago.

Empecemos...



Desde hace muchísimo años conozco el scrapbooking, lo veía como algo taaaan bonito pero imposible de hacer. Siempre pensaba "yo no soy capaz de hacer eso". Y te cuento esto porque era mi pensamiento mandatorio de la mayoría de las acciones artísticas que veía por ahí.

La historia salta algunos años adelante, y en el 2015 conocí el Lettering, estaba obsesionada, y te juro que pasaba horas y horas viendo videos en YouTube y fotos en Instagram y Pinterest.

Durante una de esas búsquedas encontré el término "Bullet Journal" y se me sumó esa obsesión. Ahora buscaba continuamente todo lo relacionado con ambos temas.

En el 2016 el Bullet Journal se convirtió en un proyecto personal, tanto, que hacerlo todo el año fue uno de mis propósitos de año nuevo y hasta cambié el @ de mi Instagram. Todo por ello.

Decidí tomármelo en serio 1. Porque estéticamente me fascinaba lo que veía y decidí que quería intentar hacerlo yo misma, pasar al lado activo y dejar de solo ver miles de videos y fotos en internet sin hacer nada 2. Porque también estaba empezando la meta personal de ser más organizada y en ese momento me gustaba muchísimo más lo analógico, es decir organizarme con lápiz y papel. Nada digital, y 3. Porque me di cuenta que podía fusionar el Lettering y el Bullet Journal, que eran las dos cosas con las que estuve obsesionada todo el año y además era la forma perfecta de practicar Lettering porque diariamente me exigía escribir algo diferente.

Entonces empecé. Hice mi propio Bullet Journal continuamente, mes a mes, semana a semana y día a día todo el 2017, todo el 2018 y los 3 primeros meses del 2019, a excepción de las épocas de vacaciones (o de paro estudiantil) porque no tenía muchas cosas que hacer y me daba paz no tener hojas que llenar que terminaban vacías y me hacían sentir improductiva y vaga. De hecho esta fue una de las razones que en el 2017 me motivó a comenzar y dejar de intentar usar las agendas comunes prediseñadas.

Pero a mitad de marzo dejé de hacerlo.

La acción de dejarlo fue de un día para el otro pero la idea y la intención se gestó progresivamente. Es probable que te estés preguntando ¿qué pasó? Bueno, la verdad se juntaron muchísimas cosas a la vez. 

Como te comenté más arriba yo siempre había sido muy fan de manejar todo de forma analógica, con lápiz (o lapicero, micropunta, marcadores, etc) y papel, pero las cosas cambiaron cuando gracias a Gabriela H de quien soy una tuuuurbo fan, conocí por fin una estrategia de organización funcional y herramienta digital que me aportaba todo lo que necesitaba para organizarme efectivamente.

Ambas formas de organizar mi tiempo y gestionar tareas de forma digital me explotaron el cerebro y me revolucionaron la vida. Pero de estas dos cosas te hablaré en una próxima entrada porque para hacerlo necesito (y merecen) un espacio largo y tendido.

Sumado a ese descubrimiento revolucionario se agrega una razón sencilla. Me cansé y dejé de disfrutarlo. Así, sin más. Y nunca haré algo que deje de disfrutar.

Me cansé de muchas cosas: de tener que sacarle mil fotos y hacer mil diseños distintos para que gustaran en Instagram, de cargar un morral pesadísimo en el que siempre tenía que tener el Bullet Journal, de no encontrar en el mercado libretas que funcionaran y no fueran bitácoras tamaño carta o valieran 8 riñones, de alimentar la idea tonta de que si no lo hacía de equis forma aceptada en redes sociales entonces estaba mal, de pensar que debía publicar constantemente para que no me dejaran de seguir, etc etc etc.

Y a esta razón le sumo (sin que sea una justificación válida y positiva) mi multipotencialidad. Llegué a ser buena (más no excelente) en el tema, entonces hacerlo dejó de ser un reto y se volvió una obligación.

Me dejó de llamar la antención, no quise hacerlo más y desaparecieron las ganas. Y a la vez, en ese mismo momento me empecé a interesar más por el dibujo y la ilustración entonces reenfoqué nuevamente mis redes y sí, volví a cambiar mi @.

Sorry not sorry.



Fin. Eso fue lo que pasó.

Me aburrí, me cansé de cargar bitácoras gigantes por no encontrar más oferta en el mercado, me aburrí del "deber ser" y de seguir la "forma correcta" de hacer Bullet Journal (soy culpable y caí, aunque constantemente aconsejo que no deberían caer en eso), y además encontré herramientas digitales que superaron con creces el objetivo que tenía en mi vida de por qué y para qué hacer un Bullet Journal.

Ahora me organizo completamente de forma digital aunque creí que jamás sucedería.


Espero que esta micro historia te haya gustado.

Nos leemos a la próxima,
Un abrazo.


   - Alejandra.



Foto de portada: foto de portada por Estée Janssens desde Unsplash


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